Fui piedra y perdí mi centro
y me arrojaron al mar
y a fuerza de mucho tiempo
mi centro vine a encontrar
Mercedes Fernández Vargas, “la Serneta”
«A TUS OJOS, MI VOZ» es un proyecto que explora la relación entre Patrimonio Cultural Inmaterial y Género. Su objetivo es visibilizar el papel fundamental de las mujeres en la creación, transmisión y salvaguarda de conocimientos culturales, especialmente en actividades tradicionalmente feminizadas como mantecaderas, aceituneras, ceramistas, hilanderas y trabajadoras del anís, entre otras.
El proyecto se configura como un laboratorio ciudadano que utiliza la metodología de la Biblioteca Humana para destacar las historias de vida de estas mujeres. Mediante esta metodología, se generan espacios para compartir experiencias y desafíos de manera horizontal y natural, desafiando estereotipos y prejuicios. Además, «A TUS OJOS, MI VOZ» actúa como un puente entre cultura y tecnología, creando un repositorio web que documenta y difunde estas narraciones.
Con «A TUS OJOS, MI VOZ», se refuerza el compromiso con la inclusión y la igualdad en la preservación del patrimonio cultural, integrando la perspectiva de género como un componente esencial en el desarrollo de iniciativas patrimoniales.
Hay ejemplos a lo largo de la historia, de como las mujeres han desempeñado roles que han servido para dignificar su trabajo y alcanzar derechos. La historia de Antonia, contada de su propia voz es uno de esos ejemplos, de los que hay que poner en valor.
Cuando una traspasaba el umbral de la fábrica, a quienes allí encontraba eran mucho más que trabajadoras, eran mujeres iguales que yo, que en aquel lugar forjaban una amistad a prueba de todo. Lo que le pasaba a una, les pasaba a todas. Por ello, la voz de Carmen se alza aún hoy contra aquello, aquello que fue y es, una injusticia total.
En los lugares que podías ocupar en la fábrica de cerámica de la Cartuja, era determinante si eras mujer. Todas las historias de vida relacionadas con los oficios tienen este elemento común. La voz firme y amable cual creación de cerámica de Chani, nos cuenta la poco conocida historia de cuando una mujer llegó a ser matricera de la Cartuja.
Cuando nos animan a que proyectemos de una manera visual nuestro futuro, o al menos el que nos gustaría tener, sobre todo en el ámbito laboral, a menudo tomamos fuentes diversas para proyectar esa idea. En no pocas ocasiones, incluso habiendo conseguido lo que consideramos nuestro sueño, nuestro deseo, al entrar por primera vez en nuestro lugar de trabajo, la realidad supera la ficción. La voz de Lola, nos relata que sintió al entrar por primera vez en aquella sala “ de astronautas”.
Esta historia de voz de Josefa, Pepita para las amigas podría ser la historia más repetida al hablar de mujer y procesos productivos. Pese a ser parte indispensable del trabajo, pese a ser mano de obra altamente cualificada en su especialidad, la sensación y el sentimiento de ausencia de reconocimiento, se repite una y otra vez.